martes, 10 de mayo de 2011

Yo también fui un 'superviviente' en Cayos Cochinos...


Si alguna vez habéis soñado con la típica imagen de una isla diminuta, casi desierta, rodeada de palmeras, arena blanca y un mar azul cristalino... dejad de soñar porque esa imagen existe. Se llama Cayos Cochinos, y yo estuve allí hace unos días.

Cayos Cochinos son un grupo pequeñas islas que se encuentran en el Caribe, al norte de Honduras. Algunas de ellas no son más que islotes y otras son privadas porque son propiedad de algún muchimillonario, pero muchas están abiertas al público y te permiten sentirte por unos días fuera de toda realidad, perdido en un rinconcito del mundo sin contacto con nada ni con nadie. Una sensación increíble. El paraíso.

Para llegar, viajamos en avión hacia La Ceiba, en la costa norte. Fue mi primera experiencia en unas de las que llaman 'avionetas' pequeñas para viajar dentro del país, y que por lo que cuentan, los trayectos suelen ser propios de 'Aterriza como puedas' y acompañados de gritos e histerias por las turbulencias que suelen acompañar siempre al viaje. No fue el caso. Tanto, que me quedé dormido casi antes de despegar.

Nos acercamos entonces en coche hasta Sambo Creek, donde nos esperaba una lancha que en menos de una hora nos acercaría hasta Cayos. Ese viaje ya es increíble, por ir viendo cómo las aguas se vuelven azul turquesa a medida que te alejas de la costa y por ir divisando a lo lejos las pequeñas islas desiertas que aparecen de repente en medio de la nada. Y así, boquiabiertos por el espectáculo de la naturaleza, llegamos a Cayo Menor.







En esta isla se encuentra el centro de bienvenida a visitantes y una estación de investigación científica, donde nos dieron una charla sobre la diversidad de animales y plantas que podíamos encontrar en las islas. Y justo al salir, nos encontramos con esto:


Era el montaje de una de las pruebas del programa 'Supervivientes' y que, casualmente, comenzaba 4 días después. Nos hizo bastante gracia que por TV nos vendan la imagen de que están absolutamente solos en una isla desierta, y que este tinglado estuviese colocado a escasos 100 metros del centro de visitantes, por el que pasa toda persona que llega a la isla y puede ver perfectamente a los 'famosos' concursantes del programa.

El concurso era el tema de conversación principal en la isla. El conductor de la lancha nos dijo que hacía sólo unos días que había terminado la emisión de la versión italiana del programa, y que aunque al principio a los habitantes de las islas no les hacía mucha gracia la idea de que les "invadieran" su tierra durante unos meses (mientras dura la grabación no pueden acercarse a la zona donde están los famosos, ni pescar por los alrededores) pronto entendieron que el concurso dejaba mucho dinero y beneficios para Cayos Cochinos (Tele5 paga una buena cantidad a la Fundación que gestiona las islas por grabar allí, dan trabajo a cientos de personas locales, etc.). Entre las anécdotas que nos contó, nos hizo gracia la de un pescador que dejó la barca cerca de la zona de grabación, y cuando volvió a ella, los famosos la habían asaltado y le habían robado toda la comida. En fin, eso también es sobrevivir...




La lancha nos llevó a un pequeño islote en el que sólo había un pescador limpiando peces. Nos dejaron unas gafas con tubo para hacer snorkel, y ahí que nos zambullimos en esas aguas transparentes para ver los tesoros que rodean las islas. No en vano, allí se encuentra la segunda barrera de coral más grande del mundo (la primera está al norte de Australia). Y lo cierto es que nadar a escasos centímetros de todos esos corales, de los peces con los colores más brillantes y llamativos, o de incluso calamares... te da una sensación increíble.



Después seguimos navegando y viendo otras islas, hasta llegar a una en la que nos adentramos un poco entre la vegetación para ver una de las especies más características de Cayos y más estudiada: la boa rosada. La verdad es que cuesta diferenciarla de la propia rama del árbol, porque parece que se ajusta a ella como un camaleón.


A la hora del almuerzo llegamos a Chachahuate I, una de las islas más grandes y en las que habitan mayor número de personas. Todas ellas son de raza garífuna, un grupo étnico de origen africano y presente en muchos países caribeños desde que hace unos cuatro siglos, un barco español con esclavos negros a bordo naufragó y los supervivientes que llegaron a tierra se asentaron en esta zona con su propia cultura, lengua, etc.



Las decenas de personas que viven en la isla se vuelcan con los turistas que llegan, así que nos sentimos como en casa en todo momento. Charlando con ellos, nos enteramos de curiosas tradiciones como la que siguen a la hora de impartir justicia: si una persona comete un delito como robar a un extranjero, una especie de 'comité de sabios' elegidos democráticamente decide "desterrarle" como castigo a Nueva Armenia, una ciudad de la costa, durante un número determinado de meses o años (dependiendo de la gravedad del delito).




Para dormir, nos alojamos en unas cabañas de madera gestionadas por la comunidad con las necesidades básicas: un baño era único para toda la isla, el agua hay que ir a buscarla a un bidón, la corriente eléctrica se apagaba a las 10 de la noche... También la comunidad se encarga de gestionar el pequeño restaurante, en el que la variedad de platos no es que sea demasiado grande, pero sí son sabrosos: sopa de pescado fresco, frijoles y tortillas, o incluso marisco de encargo.


Caminando por el agua llegamos también a la isla vecina, Chachahuate II, y en la que nos 'colamos' para disfrutar de su hamaca pese a saber que es propiedad privada de un cubano. El matrimonio que cuida la isla nos contó que allí también cuentan con cabañas para alojar a turistas, y más baratas que en la isla I, pero la verdad... como que prefiero que mi dinero se lo quede el pueblo garífuna, y no un ricachón cubano que tiene dinero incluso para comprarse su propia isla en el Caribe.





Y así, en este ambiente de relax absoluto, tomando el sol sobre la arena, jugando con los niños de la isla y buceando, pasé los 3 días más tranquilos que recuerdo y en el escenario natural más bello que, probablemente, haya conocido hasta la fecha. Pero estoy seguro de que este país aún me puede sorprender con más...



1 comentario:

  1. Hola!! este año iré a los cayos y también me quiero quedar por allí. ¿qué precio pagaste por el alojamiento? ¿y por la barca para llegar? ¿hay alguna opción de alquilar un kayak para ir de cayo en cayo? Gracias!!

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